viernes, 7 de noviembre de 2014

Sin tiempo



Salía el hombre corriendo buscando deseando bullendo en el fragor de la desesperación esperando no perder más tiempo que el necesario sin mirar atrás sin dejarse intimidar por la duda o por el miedo quizás ¿Qué misterio le conducía a esa sinrazón? Sin prestar atención al sinsentido se dejaba conducir por la emoción por el ritmo acelerado de la sangre que por sus venas iba sin temor bombeando y haciendo saltar la piel que las cubría ¿Por qué esa extraña sensación de no tener ocasión para nada? ¿Por qué la impresión de esa falta? La necesidad apremiaba sin mirar la hora sin verse en la obligación de observar el reloj sabía que todo segundo era pasado y urgía anticiparse al siguiente para ir más rápido que el mismo universo ¡Rápido! Exagerando aún más su carrera se debatía entre la desesperación y la ilusión como si de un niño el día de su cumpleaños se tratase saliendo veloz del colegio en dirección a su casa con los ojos llenos de emoción esperando encontrar los regalos ¿Quizás era algo infantil? No Tan solo un soñador que pretendía alcanzar la estrella más radiante la luna quizás como señal de su quimera ¡Qué hermoso es tener una ambición! ¡Qué satisfacción pretender conseguirla! ¡Qué orgullo hacerla tuya! El desenfreno le hacía chocar desvariando su rumbo haciéndole sufrir por la pérdida del elemento temporal sabiendo que cada desvío suponía sucumbir en la batalla por ganarle tiempo al tiempo ¡Esa lucha cruel! ¡Esa guerra que no se gana sino que en algún instante solo no la perdemos! ¡Esa contienda arriesgada hasta el fin de nuestra existencia! No hay un solo ser humano una sola vida en este planeta que no haya sido vencida por ese temible guerrero ¿Guerrero? ¿Acaso lo ignoraba? Un implacable luchador que no cesa en su empeño de combatir de forma perenne contra quien ose incitarle ¿Quién será capaz de rebatir su poder su fuerza su indiscreto ego? Siempre etéreo siempre eterno siempre constante ¿Qué ser hay que no tema retarle? En el ardor de la pelea contra el enemigo omnipresente el invisible rival planeó la estrategia que le haría ganar ¡La iniquidad en su versión más sutil! Y así pareció detenerse en tanto su apremiado competidor apreció que así ocurría y ante tal suceso creyendo haber superado al mismísimo dueño de los momentos frenó su avanzada zancada notando como su corazón respiraba de la aliviada desazón Y el tiempo dejó que se confiara en su relajo mas el sosegado corredor sabía que aquello era una eventualidad un extraño regalo de su enemigo o quizás una breve victoria inesperada pero recordó que los instantes no paran tan solo discurren en silencio y empezó a tomarle el pulso de nuevo a aquella carrera imposible sin embargo ya todo había pasado ¡Le había ganado una vez más la partida! Y se dió cuenta el hombre que da igual lo raudo que vaya las prisas que tenga lo veloz que pretenda que pasen los minutos Podrá contarse los años los días las horas cada nanosegundo que pasemos pero por más que lo intentemos nunca se puede vencer aquello que se nos escapa en cada suspiro en cada mirada en cada pensamiento en cada palabra porque a veces queremos ir tan rápidos que se nos olvida detenernos Y punto

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Gracias por comentar. Este blog está registrado en Safe Creative®