Escucho historias de la vida, escucho la vida de las historias.
Leo la poesía en los ojos de los narradores, y siento convertirme en su protagonista.
Oigo a los protagonistas, y quiero ser narrador de lo que sus ojos recitan.
Suturo corazones que sangran por sus heridas, abro heridas en corazones que lo necesitan.