lunes, 28 de septiembre de 2015

Besar a versos


Te voy a besar a versos para que sientas cómo las palabras mojan tu piel, igual que si fuesen tinta de un poema que espera ser compuesto.

Te voy a versar los besos, para que notes cómo saben las letras que salen de los labios que acarician con mudas cuartetas.

Te voy a convertir en estrofa de mis deseos, para que sientas cómo dibuja la pluma de mis caricias cada trazo de tu cuerpo.

Te voy a enseñar a declamar sin hablar. A rimar en un etéreo soneto cada movimiento de tu lengua. Poesía sin vendas.

Te voy besar a versos, te voy versar los besos, para que entiendas que no hacen falta metáforas para recitar aquello que con solo un roce es un poemario entero.


martes, 22 de septiembre de 2015

Poema inacabado



Penar del poema inacabado, que es el beso que quedó guardado, el te quiero callado.

Letras huérfanas que jamás serán acompañadas por aquellas por las que fueron estampadas.

Versos eterno de final incierto, que quedan en el limbo en cruel destierro.

Sentimientos ahogados en papeles de palabras yertas que el tiempo convertirá en hojarasca.

Otoño de la poesía. Nostalgia -dolor de los recuerdos- que queda en el camposanto de los momentos.

Soga del poeta, la de la musa asfixiada, que murió en el patíbulo de la desesperanza.

Estertor de los versos. Lamento por los renglones que no se escribieron.



miércoles, 16 de septiembre de 2015

Nomófobo



Se apagó la luz que ya languidecía, y en tristes palabras vestidas de duelo se despedía con un impersonal "hasta luego".

Sabía que ese adiós no era eterno. Sabía que volveríamos a vernos. Sabía que yo no viviría con aquél silencio.

En mis manos su cuerpo yerto, y en mis mente la imagen de su último recuerdo.

No era dolor solo. Era desespero. Rabia por haber confiado en que habría aún tiempo, desoyendo aquel pitido incierto.

Empero, a pesar del desconsuelo, supe que quedaba libre del yugo de ese solapado tormento.

Libre para escapar sin ser descubierto. Para no responder llamadas ni mensajes que turbaban mi recogimiento.

Con su voz enmudecida respiraba. Retomaba tras su estertor el aliento.

Mis ojos, como si yo no tuviera sobre ellos mandato, buscaban inconscientes, y en la mesa hallaron el aparato que a su corazón generaba movimiento.

Imposible no hacer nada. Impensable no conectarlo. Impasible mi cerebro que no hacía caso a mis sentimientos.

Acerqué un cable -¡Chalado! ¡Majadero!- y enchufé a la vida al ahora inútil trasto que permanecía muerto.

Volvió a su ser el hálito, y en su tez acristalada asomaba su saludo impreso.

¡Desdichado! ¡Esclavo sin remedio! ¡Infiel con tus momentos! ¿Quién decía que una máquina no vencía al cerebro?

Poema del hombre prisionero. Vasallo sin saberlo. Que no sabe vivir si muere su señor, el teléfono.



miércoles, 9 de septiembre de 2015

Suspiros




Me inspiras cada suspiro, y es cada suspiro un te quiero.

Me inspiras cada suspiro, y prefiero que me falte el aire a tus besos.

Me inspiras cada suspiro, aunque suspire en silencio.



viernes, 4 de septiembre de 2015

La fórmula de la felicidad

La fórmula de la felicidad. Apúntala.

Resta problemas, divide desilusiones, de las desesperanzas saca la raíz cuadrada.
Al desasosiego lo multiplicas por menos noches sin sueños de vueltas en la cama.
Al dolor del alma le sustraes las espinas, y le deduces la lágrimas derramadas.
Cuando el resultado de cero empieza a sumar ahora que no puedes quitar nada.
Multiplica alegrías, eleva al cubo las sonrisas y dobla las carcajadas.
Despeja la equis de tus miradas y saca el máximo común divisor a tus palabras.
En esta vida todas las operaciones son válidas, y hay que aprender a combinarlas.

miércoles, 2 de septiembre de 2015

Inexplicable


Me hace falta sentirte, olerte, escucharte, tocarte, verte, saborearte... 

                                 Y aún me faltaría un sexto sentido para explicarte.