lunes, 11 de abril de 2016

La Sevilla de los viejos


Yo que vivo en Sevilla, que le he escrito versos y la quiero como se quiere a una gran amiga, confieso que es una ciudad encantada, pero llena de algoritmos que la hacen cerrada para quien la visita. No es tan abierta, sino que deja rendijas para ser vista. 

Sevilla, la de los tipismos, es la que se vende al exterior; pero existe esa otra que solo se conoce si se supera esa barrera emocional de la impresión. 

La Sevilla que yo adoro es la de los viejos; aquella que era sevillanía y no la del <<miarmerío>>, que es la que hoy prima.

Se podrá estar de acuerdo o no, pero para conocer la Sevilla sin milongas hay que ir más allá de esa ciudad que se quedó, sobre todo, con la falseta de su verdadera copla.