lunes, 16 de junio de 2014

Desde La Buhardilla (un guiño a la cultura isleña)




Cuando la cultura llega al pueblo es este quien la encumbra.


Desde siempre me había interesado el arte pictórico, el escultórico, el musical, el literario... Y siempre que podía me maravillaba visitando lugares donde el arte de lo antiguo permanecía oculto al ciudadano de hoy. Buscaba el detalle que estaba a la vista y nadie veía. Me gustaba acudir a los conciertos que alguna banda organizaba donde se interpretaban piezas clásicas. Acudía al museo municipal isleño -cuando supe que había uno- allá en el Ayuntamiento y, doy fe, impactaba entrar en lo que parecía una sala de torturas medieval y encontrarte rodeado de ánforas y enseres de aquella Isla de nombre helenizado;  con cañones y artilugios de cuando Napoleón quiso llegar a Cádiz y hacerse con el sitio, como los ingleses en el XVI (pero creo que los franceses fueron más torpes). 

En cuanto a exposiciones pictóricas o escultóricas, como mucho las que organizaban en la Casa de la Cultura o la de aquella sala de exposiciones, que era un alarde de mecenazgo hacia el pueblo, que se accedía a través de la famosa escalerilla de la calle Pizarro.

San Fernando no ha sido en sus últimos cuarenta años (hablo desde mi experiencia) una ciudad volcada en este aspecto, por desgracia. Una localidad donde la monumentalidad está restringida por su propia idiosincracia unida de forma inevitable a la capital y sus activos culturales, no ya solo los monumentales, se concitan en los eventos religiosos y en algunos más donde se intenta tirar más del tipismo que de la novedad.

Y he aquí que surge una empresa. Una idea comercial que dispensa licores y ofrece la posibilidad de la lectura ante la copa, la jarra o la taza que nos reconforta el cuerpo, mientras el libro hace lo propio con el alma. 

Dentro de esta Buhardilla llena de historias en papel y de líquidos animosos, se encuentra un ánima inquieta, que no cesa en su deseo de contribuir en darle a su Isla la vida que necesita más allá del costumbrismo socio-cultural del que viven sus gentes; y conste que no critico aquello, pero la realidad se da cita en nuestras calles y plazas carentes de la diversidad en este aspecto que una ciudad con cien mil habitantes necesita.

Gema Tacón, es ese "poltergeist", ese espíritu inquieto que se ha colado en nuestra casa -nuestra tierra- removiendo la cultura adormecida en nuestros jóvenes talentos y reconociendo a aquellos ya contrastados que estaban a otra cosa. Ha trabajado por revitalizar una Feria del Libro isleña que ya descendía en categoría hasta la de velada. Ha propuesto ideas novedosas en San Fernando que revitalice y haga emerger un panorama que se presentaba desolador fuera de aquello que organizase el ayuntamiento.

Dar, en definitiva, un soplo de aire fresco al hastiado ambiente de paseos de acera a acera que desde hace décadas se vienen dando en la ciudad.

Es difícil y ardua la labor que se ha propuesto Gema Tacón y su particular "Cafe Gijón" de La Buhardilla. Muchos problemas y protocolos que superar, quizás demasiados cuando la intención es tan meritoria como loable. Seguro que pocas ayudas desde la administración local y sus áreas correspondientes. No faltarán las críticas, ni las zancadillas, ni los empujones, ni los menosprecios, ni las envidias. Porque así somos. No soportamos que el éxito fluya gratis, hacemos pagar por ello, aunque eso implique cortar alas a nuestro pueblo.

Desde esta página sin importancia, donde no se corta a nadie el derecho a exponer, desde donde puedo hablar de lo que quiera con libertad y a proponerlo a quien me honre con su lectura, mi apoyo -aunque no signifique nada- y mis felicitaciones a esta nueva mecenas de la cultura para la ciudad de San Fernando

Ojalá encuentre el apoyo necesario en empresas, particulares e instituciones para que no de por perdida ninguna batalla en favor de propiciar beneficios al arte que, en sus distintas concepciones, existe en esta Isla de León.