domingo, 3 de abril de 2016

Cada renglón de tu cuerpo


Ese olor inconfundible, ese tacto, esa mirada que es más lascivia que deseo por poder abrir tu secreto; esa historia que solo tú y yo conocemos.

Ese deseo íntimo de perdernos el uno en el otro; de encontrarnos en nuestro  propio limbo, que es donde expiamos los pecados que cometemos a solas; tú dejando que me introduzca en ti, yo permitiendo que me hagas volar.

Ese poder volverte y acariciar con una mano tu piel suave, mientras la otra recorre con el índice cada renglón de tu cuerpo.

El sueño empieza cuando, al cerrar los ojos, arden mis sentidos por volver a sentir tus palabras que despiertan mis ansias al tus hojas palpar.

(La magia de un libro)