sábado, 26 de diciembre de 2015

Confesiones del hijo pródigo


He comprobado que en esta vida es fácil ser abandonado, apartado, rehuido; me han demostrado la transitividad de las personas -ser, estar, parecer- cuando se habla de amistad.

He sufrido la tristeza de quien se encuentra con el alma en soledad; he suspirado por volver a respirar aires que han desaparecido como en la orilla las olas de sal.

He aprendido a mirar atrás solo para no olvidar; he sabido que ya no soy hijo pródigo, que estoy donde debo estar; he liberado mi corazón de las cadenas de la falsedad.

He pecado contra el quinto mandamiento: he matado al mensajero de la tolerancia; he caído al infierno de la honestidad.

He querido mantener en mi memoria solo aquello que alegra las sombras de lo que fue y sé que no volverá: mi fe y el recuerdo de aquel mar.


viernes, 25 de diciembre de 2015

El escuchador


Escucho historias de la vida, escucho la vida de las historias.

Leo la poesía en los ojos de los narradores, y siento convertirme en su protagonista.

Oigo a los protagonistas, y quiero ser narrador de lo que sus ojos recitan.

Suturo corazones que sangran por sus heridas, abro heridas en corazones que lo necesitan.




lunes, 14 de diciembre de 2015

¡Despierta!


Abre tu corazón, pero déjate robar solo lo que tú quieras.

Abre tu mente, pero no dejes que la ocupen con ideas yermas.

Abre tus ojos, pero que nadie desvíe tu mirada donde no haya inmensidad.

Deja volar tu alma, pero no la conviertas en cometa, corta los hilos que la sujetan.

¡Despierta!




domingo, 13 de diciembre de 2015

Prisas por amar


Tengo prisa por amar, que no por amar deprisa, que no es lo mismo morir por amor que amar muriendo.

Es tal el torrente de ese calor que corre por mis venas, que ardo en deseos de convertir en pira un te quiero.

Inunda mis sentidos como una marea desbordada, anega mi corazón hasta lo desmedido; me ahoga tanto amor hundido.

Por amar tengo prisa, pero no ese amor del desespero; tengo prisa por amar, pero ese amor sin tiempos.



jueves, 10 de diciembre de 2015

El amor es...


El amor es una mirada furtiva, un suspiro perdido, una caricia sin rumbo, un beso robado.

El amor son dos labios fundidos derritiendo los corazones, un préstamo al cien por cien de interés, un regalo envuelto en abrazos.

El amor es el silencio cuando sobra hasta el aire, la oscuridad al cerrase los párpados.

El amor es la mayúsculas de los sentimientos, la cursiva de los momentos, la negrita de los tormentos, el deseo subrayado.




miércoles, 9 de diciembre de 2015

Sádica poesía


Escribiré hasta que sangren las letras. 

Exprimiré cada frase hasta que saque el jugo de sus entrañas.

Quemaré cada estrofa hasta que logre sus versos ardan.

Fustigaré cada palabra hasta que conmueva las almas.

Seré cruel con mis poesías hasta que los corazones se extasien al escucharlas.




domingo, 6 de diciembre de 2015

El encuentro


        (Para enamorarse, a veces, solo hace falta encontrarse).

El encuentro es un desconocido.

El encuentro es un furtivo.

El encuentro es un mendigo.

El encuentro es un camino.

El encuentro es un destino.

El encuentro es un espino.

Deambula sin rumbo pidiendo monedas de cariño, anhelando hallar un dónde y un porqué.

El encuentro, no te fíes, no habla de ser perfecto, tan solo de tropezar contigo.



viernes, 4 de diciembre de 2015

Las orillas de la cara


Caminaba por las lágrimas y quería dejar mi huella.

Pisaba sobre lo húmedo, y desaparecían mis pasos.

He bebido tantas que ya me siento océano.

He guardado muchas, y ya me siento candado.

Camino incierto, que hace perder el rumbo si llueve sobre mojado.

miércoles, 2 de diciembre de 2015

Quedó solo el silencio





No pudo ser. Ya os dije una vez, con el corazón tecleando, que aunque os marchaseis La Isla os seguirá recordando.

El silencio ya no es el mismo tras aquellos muros blancos. El silencio ya no es de oración, sino del vacío de salmos.

Las rejas de vuestras ventanas, cerradas a cal y canto, Carrera oficial sin más palcos que vuestros bancos.

Muda la campana, mudos los pájaros que en vuestro jardín oraban sin saber que estaban rezando.

Tristes las puertas. Huérfano el torno. Desnuda la capilla. Desangelado el sagrario. 

Quedó el recuerdo, el cariño, las imágenes, los sonidos, las miradas, los momentos.

Quedó solo sin quererlo, esperando ser de nuevo acompañado; quedó solo el silencio.

(Imagen Delaisla retratos)