martes, 4 de agosto de 2015

Poesía natural

No te pierdas en frondosas veredas de versos que confunden, y hablan y mascullan, y cuchichean y gritan, y claman y reclaman el afecto de un corazón cuando palpita.

No te confundas entre un bosque de palabras ensartadas. Rimas que se engarzan, se enmarañan, se anudan, te ahogan. Soga que declama.

No te dejes embaucar por las hojas muertas, esas que pisas y hacen del camino un poema. Vivas son aquellas que, verdes, entre el ramaje el viento recita.

No te detengas si en el páramo no encuentras el río que refresque del tedio de las letras que pesan, que no hay camino sin algún destino, ni poeta sin otro poema.

No te empeñes en hacer de las estrofas un jardín de las delícias, ni un secarral que la sangre enfría, que para la emoción aflorar solo regarse con pasión necesita.