El banco naranja entraba dando bofetadas a diestro y siniestro al movimiento financiero español. Un banco que no te cobra comisiones, que permite sacar sin gastos en cajeros 4B, que era su banco y cada día el de más gente, decía Matías Prats.
¡Ay Matías, que la metías! (La pata)
Conocí un cliente de ING DIRECT. Entró con mucha curiosidad; venía de Bankia (bancus horribilis). Cuando asesinó a Bancaja, mataron gran parte de su tranquilidad y sodomizaron su confianza en que alguna entidad financiera le tratase como persona y no como un "ingreso-abono".
Como quiera que todo cambio condiciona unas expectativas, las suyas y las de su familia anhelaban una tranquilidad que, en Bankia, no podían llegar a hallar.
Tras unos meses en la nueva entidad, en mayo de 2013, se encuentran con la sorpresa que ING le preconceden un préstamo ¡por 12000€! ¡Por su cara bonita!
Ni corto ni perezoso hizo cuentas... "Debo tanto y cuanto...", "debo cuanto y tanto...". ¡Qué felicidad! Por primera vez en años no tenía más que una sola deuda, la parte del préstamo que cogió para desligarse de otras que le ahogaban. Era feliz... Eran felices en casa.
Por cosas que pasan, del remanente que había dejado del préstamo tuvo que hacer uso imprescindible. Porque eso ocurre cuando las necesidades aprietan y las posibilidades están a un click. Una cuota de 300€ planeaba indefectiblemente sobre su casa. Su salario apenas 1000€ aún le dejaba algo de vida, pero sus hijos pequeños, los gastos comunes y otros extraordinarios mermaban demasiado el resto que quedaba del sueldo que percibía.
Tras 6 pagos puntuales de las cuotas del préstamo -tiempo impuesto por ING para poder tratar cualquier asunto relacionado-, contactó con la entidad. Primero en las oficinas de su ciudad, después telefónicamente. Previamente contactó con un amigo, asesor fiscal, para que le guiara sobre posibles opciones que podría solicitar al banco para que le redujeran la cuota, la refinanciaran, le dieran una excedencia, etc.
En ninguna de sus dos asistencias a ING -ni en oficinas ni telefónicamente- quisieron darle solución.
Les explicó lo difícil de la situación, su necesidad de que revisaran el préstamo y buscar alguna solución que no perjudicara al banco -claro- y que ellos pudiesen respirar. La persona que les atendió en su intento telefónico -Erika- fue amabilidad en estado puro, cordialidad en grado sumo e interés al 100%. En las oficinas, simplemente, no le dieron más que largas, insistiendo en el contacto a través de la línea que tenían concertada de Atención al cliente.
La respuesta de ING DIRECT: "No pueden hacer nada porque trabaja y puede permitirse pagar esa cuota".
Es decir... Para que ellos puedieran "ayudar" o planteárselo siquiera debía estar, por lo menos, desempleado. ¡O sea, para tirarse por el balcón! (Otro más)
A raíz de la respuesta, una batería de motivos salieron de su boca, de su cabeza y de su alma. Pero ING DIRECT, los del fresh banking, los mismos que te lo ponen todo para que seas feliz con un banco, se negaban por su política de nosequé -ya no escuchaba más que nones por todos lados- a ¡ayudar a un cliente! Un cliente cumplidor en pagos, sin un sólo débito, dándole dinero domiciliando sus recibos, su nómina... Un cliente que acudió a suplicarles auxilio. ¡Un auxilio en cualquier forma! -carta blanca para ING-, que ayudase a que una família no se ahogase.
Lo siento, no me creo que quien tiene toooodo el poder (el dinero lo es) no tenga soluciones para casos así. De gente normal, mileuristas a lo justo, que tras plantear una situación que el mismo banco dice entender, ¡ellos NO PUEDEN HACER NADA!
Es la gran comedia de ING. ING no hace fresh banking, no aporta tranquilidad a sus clientes. ING, después de tener una cuenta nómina en negativo (?) dice que la van a pasar a una agencia de recobros. ¿Para qué?
El día que un banco quiera a un hombre, como indicaba en el título, la banca habrá muerto. Surgirá la decencia, la humanidad y el compromiso de ayudar al cliente, contando con la veracidad de lo que el cliente aporte como justificación de lo que dice.
Hoy por hoy, ING DIRECT, sigue sin querer ayudarlos a no vivir casi de lo que le dan otros. Pasear, no pocas veces, sin un solo euro en sus bolsillos, ni para un triste café. No permitirse comprarles a sus hijos -y no estoy exagerando- ni un triste juguete en los chinos. Me da igual si nadie cree esta historia: es su realidad diaria.
Habrán otros clientes más necesitados, o que les irá muuuuuucho mejor y consideren a ING DIRECT un gran banco... A cada cuál lo suyo, y lo de esta familia es esto.
Cuando ya no puedan más, veremos...
De nada ING DIRECT
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