Sobre su pausada estampa en el puente con nombre de alteza, que es Esperanza la trianera, se divisa un tesoro que es Sevilla entera.
A la izquierda la madre, a la derecha la hija, y ambas pugnan por tener piropos de quienes las tienen a la vista.
El río refleja oro y plata en la tierra de María, que es tapiz cincelado la vía que transcurre cada día muriendo en la Cádiz mía.
Platera su ría, dorada la ciudad que se mima entre versos de poesías, que el reflejo que de ellas manan toma su color Sevilla.
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