domingo, 2 de marzo de 2014

El balcón

Todo va cambiando poco a poco, o no. Van modificándose las cosas porque tiene un sentido que eso sea así. Se llama evolución. Quizás la evolución no sea a mejor, no tiene porqué, y al transcurrir del tiempo haya que volverse a lo que había antes o a modificar nuevamente.

Como quiera que voy ensayando, y ya se sabe que en esta vida todo es ensayo-error, pues... He aquí mi experimento. De momento cambio mi ubicación filosofal de la opinión por la paz y visión única que da un balcón. Un balcón adornado generosamente de geranios, que confieren a la paz, frescura y vitalidad. No se ven las cosas igual desde la atalaya inmejorable de una balconada. La torre vigía, el faro que alumbra las calles oscuras, el mirador inmejorable desde donde otear, fisgonear y pensar con la libertad y seguridad que te da tu propia casa.

Bienvenidos todos a mi balcón. Un pequeño habitáculo donde tienen cabida todos aquellos que quieran pasarse a mirar, con esa paz que decía antes, las cosas cotidianas que discurren por nuestras vidas. Si queréis, aquí tenéis una cómoda silla, un café o lo que queráis tomar, buen ambiente, y unas vistas únicas de nuestra realidad. Un lugar donde departir si se quiere, o simplemente donde divagar.

Aquí tenéis El Balcón. De nuevo, bienvenidos.

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